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En
su famoso libro "Progress and Poverty",
Henry George, un ilustre orador y escritor, propuso que fueran abolidos
todos los impuestos sobre el trabajo y el capital (p.e. renta, IVA,
sucesiones; edificios y mejoras sobre el terreno; agricultura, comercio
y demás actividades productivas).
Señaló que los ingresos del
Tesoro Público deben ser obtenidos solamente de un Impuesto Único
sobre la base del no ganado valor del suelo, es decir no creado
por quien lo posee como propietario, toda vez que deriva de factores
tales como la concentración de población urbana, así como de la
existencia de equipamientos públicos: dispensarios, hospitales,
buenas escuelas, bibliotecas, guardia municipal y bomberos; y también
de buenas comunicaciones, parques, jardines, estadios deportivos,
teatros, auditorios y otras oportunidades de solaz. E incluso
de paisaje y clima.
Es
indudable que cuando sea adoptado el plan que proponen los defensores
del Impuesto Único la liberación de gravámenes y trabas sobre la
producción, combinada con una drástica reducción del precio de los
terrenos, dará lugar a un "boom" en la construcción de viviendas
y a un extraordinario desarrolla de la industria, con la consiguiente
desaparición del paro obrero y la entrada en una era de prosperidad
nunca vista hasta ahora.
"Abolir
los impuestos cuya acción recíproca entorpece ahora todos los rodajes
del comercio y oprime todas las formas de la actividad económica
. . . . Y lo mismo el agricultor . . . . todas las clases que están
por encima de la del simple jornalero, son los que más ganarían
si se cargaran todos los impuestos sobre el valor de la tierra."
--Progress and Poverty, IX cap. 1 y 3..
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